De pronto todos nos sentimos desnudos. Cuando en el 2016 se desató el escándalo de Facebook y supimos que la empresa Cambridge Analytica había usado la información de millones de usuarios con fines electorales en los Estados Unidos. No es que no lo supiéramos. Algo nos decía que subir fotos de nuestros hijos o de nuestros amigos, o asociar nuestro número telefónico a la cuenta no era una cosa segura del todo, pero no lo queríamos ver: ¡Dale clic a compartir!

En 1956, el célebre escritor de ciencia, Philip K. Dick, publicó el cuento El informe de la minoría en el que narra como se pretendía usar a unos humanos mutantes para predecir el futuro y evitar crímenes. Aunque la causa descrita en esa historia de ficción pareciera muy noble, en realidad, lo que hemos visto es que, precisamente, se puede manipular la información para fines contrarios. Las aplicaciones para predecir el comportamiento de los individuos son amplias, desde los estudios de mercado, hasta la seguridad de un país y, como vimos en el 2016, apoyar con éxito las causas de magnates obsesionados con el poder.
Tus amigos te delatarán
El almacenamiento de la información de los millones de usuarios de los servicios de redes sociales, comienza a dirigir la atención de los especialistas y gobiernos, para buscar una regularización que pueda desvirtuar su uso en distintos fines.
Investigadores del departamento de Matemáticas y Estadística de la Universidad de Vermont, presentaron un estudio en la revista Nature Human Behavior y presentaron esta semana información compilada desde el año 2014, tomando distintos datos de usuarios, como su interacción con otros usuarios, publicaciones y los enlaces que colocan en sus perfiles. Todo con la intención de generar un modelo probabilístico de cómo podría realizar un usuario una publicación en el futuro.